Aunque un poco tarde, no quería dejar de escribir unas lineas respecto de este tema, ya que la primera entrada de este blog fue acerca de la nominaciòn de Zaffaroni para este tribunal internacional.
Es una noticia que a mi en lo personal no me cae bien, ya que lejos de ser un orgullo argentino, el ex ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha tenido una carrera con mas de un giro cuestionable al menos. El juez se ha visto envuelto en problemas con propiedades en las que se ejercía la prostitución; ha dictado fallos aberrantes, por ejemplo en el juicio a un encargado de un edificio que forzó a una niña de 7 años a una “fellatio”, se adujo que la luz apagada era un atenuante; ha sido puesto en tela de juicio por jurar durante las dictaduras militares; entre otras discusiones mediaticas que se han dado en torno al juez; y ademas ha tratado por todos los medios de consolidar en el derecho penal del país un "garantismo" extremo para los acusados de delitos, muchas veces dejando de lado a las victimas.
Quien ahora nos representa a nivel internacional, ha hecho su misión de vida defender las garantías constitucionales, que no esta mal (esta de mas aclarar), el problema es que en su afán de mejorar las condiciones para los acusados, se han generado ideas como por ejemplo desarme de las fuerzas penitenciarias o un proyecto de código penal que fue bastante criticado; medidas que parecen no tener en cuenta el costo para las victimas de los crímenes, o para la sociedad como un todo, si no existe cierto rigorismo o temor para que se cumpla la ley.
Yo creo que esta bien respetar las garantías constitucionales, pero sin dejar de aplicar la legislación punitiva, es decir, no hay que abusar del poder punitivo del estado, pero tampoco de los tecnicismos para evitar castigar los crímenes que merecen castigos. Los extremos siempre son malos, por eso, no es bueno un "viva la pepa" y nadie va preso y tampoco es bueno un rigorismo extremo. Hacen falta legislaciones claras acompañadas de políticas de estado para proveer elementos a las fuerzas policiales para prevenir delitos y para actuar en caso de haberlos; a los fiscales para poder hacer una investigación real y completa de los hechos que hay; y a las fuerzas penitenciarias para cumplir su deber pero a la vez convertir realmente las cárceles en lugares habitables y con un fin, aunque sea cercano a la reinsercion social.
Espero realmente que el paso de Zaffaroni por la Corte Interamericana de Derechos Humanos sea menos polémica que el resto de su carrera, o mejor dicho, que desate polémica por su buen ejercicio del cargo, no polémicas por los excesos o por los absurdos. Habrà que ver como afronta este señor el nuevo cargo y que hace con el, aunque yo no creo que a esta altura cambie de ideas o formas de actuar.
Adjunto como siempre, algunas notas respecto al tema.
Zaffaroni fue elegido para integrar la Corte Interamericana de Derechos Humanos
Zaffaroni celebró su elección en la CIDH y defendió el libro que publicó durante la dictadura
Perdón Zaffaroni...
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